Muchos problemas de oído tiene un componente genético, es decir, se producen de forma hereditaria. Precisamente el Síndrome de Prended es una de estas patologías. Aunque se considera un trastorno genético poco común es uno de los síndromes que guardan una relación directa con el oído.
Este trastorno genético se caracteriza por causar la pérdida de audición en los niños, ya que se trata de una patología heriditaria, desarrollando discapacidad auditiva neurosensorial profunda y la malformación de algunos huesos del oído.
Los niños que nacen con este trastorno pueden perder la audición desde su nacimiento hasta los 3 años. Generalmente, la audición va empeorando con el tiempo llegando incluso a producir sordera. Sin embargo, en otros casos llegan a recuperar la audición más adelante. Aunque suele manifestarse en el momento del nacimiento, bien es verdad que existe la posibilidad de que se desarrolle durante la infancia.
Esta pérdida de audición es de tipo bilateral y provoca la incapacidad de oír en ambos oídos, pero es posible que uno de los dos oídos tengan una mayor pérdida de audición que otro.
En cualquier caso, estos problemas de transformación del oído interno se hacen patentes en un 85% de los casos de quienes padecen el Síndrome de Prended.
En el desarrollo del Síndrome de Prended interviene también la glándula tiroidea. Se produce debido a un defecto de la producción de hormonas del tiroides, la glándula que controla el metabolismo y regula el crecimiento. Es por ello que no sólo afecta al sistema auditivo, sino que también lo hace a otras partes del cuerpo.
A consecuencia de esta relación, el síndrome de Prended también se conoce con el nombre de hipoacusia y bocio eutiroídeo o hipoacusia neurosensorial asociada a patología tiroidea.
El Síndrome de Prended debe su nombre al doctor Vaughan Pendred, el primer médico que describió a personas con este trastorno. Entre los síntomas patentes se encuentran tres que buscan su causa directa en la audición y en el oído.
El otorrino examinará a la persona revisando también su nivel de audición. También revisará el oído interno y el tiroides, así como el patrón de la audición. En ningún caso, no oír correctamente no significa que la persona tenga este síndrome.
A día de hoy no existe un tratamiento concreto para tratarlo, pero sí pueden tratarse algunos de sus síntomas. Los médicos y profesionales recomiendan a las personas afectadas que acudan al audiológo u otorrino regularmente para tratar su discapacidad auditiva. Los audífonos pueden ser la mejor ayuda para la falta de audición moderada. Para los déficits auditivos severos, el implante coclear puede ser la solución más efectiva.