Entre los efectos que tiene la edad en los oídos existe uno muy frecuente: la presbiacusia. Así es como se denomina a la pérdida progresiva de la capacidad auditiva y que se debe al deterioro producido en el sistema auditivo. Se trata de una evolución natural del canal auditivo, que va perdiendo facultades progresivamente como consecuencia del desgaste de todos los órganos en general. La presbiacusia se produce por un deterioro progresivo del oído interno a causa de la edad. Además, hay otros factores que potencian su aparición como traumatismos, infecciones auditivas, hipertensión, diabetes u otro tipo de enfermedades.
La presbiacusia puede, además, ser potenciada por factores externos que inciden directamente sobre el oído. Estos factores pueden ser la excesiva exposición a ambientes muy ruidosos o focos de sonido muy elevados, diabetes o la ingesta de medicamentos ototóxicos.
La pérdida auditiva es una patología muy común entre la población más mayor. Generalmente comienza a manifestarse a partir de los 60 o 65 años. Por eso es muy importante atender a determinadas pistas para reconocer posibles síntomas relacionados con la presbiacusia, y poner así remedio para evitar complicaciones. Hay que tener en cuenta por lo tanto situaciones como que la persona en cuestión asegure oír bien y, sin embargo, no entienda a la perfección alguna conversación, sobre todo en ambientes donde haya mucho ruido. Además de pérdida auditiva, también se producen otros síntomas como zumbidos en el oído, conocidos como acúfenos, y sensibilidad extrema frente a los ruidos intensos. Se observa también dificultad para entender sonidos que contengan letras como la “t” o la “s”, y muestran mayor dificultad para entender voces femeninas que masculinas.
Consiste en la exploración del oído de manera visual para comprobar su estado. Generalmente la exploración es normal en la mayoría de los casos.
Esta es otra de las pruebas imprescindibles para valorar el estado de audición del paciente. Es un examen que sitúa la intensidad a partir de la cual, la persona en cuestión, ha dejado de oír. Se trata de una prueba muy sencilla en la que se evalúa la intensidad a la que empieza a oír el paciente los tonos que se emiten a través de unos cascos. Generalmente, las personas con presbiacusia presentan pérdida auditiva a partir de los 2.000 Hertzios.
Esta exploración es similar a la audiometría tonal, sin embargo utiliza únicamente palabras de dos sílabas, que el paciente tiene que repetir perfectamente sin equivocaciones. De esta manera se mide su nivel de inteligibilidad.
Una de las principales consecuencias de la presbiacusia es el aislamiento que sienten las personas que la padecen. Es decir, el hecho de no entender perfectamente las conversaciones de su alrededor, hace que el paciente pueda sentir cierto aislamiento en reuniones familiares, y esto puede provocarle frustración y cambios de humor.
Para el tratamiento de la presbiacusia existen fármacos que atenúan la evolución de esta patología, aunque no existe ninguna prueba científica que verifique su eficacia. Sin embargo, para mejorar la calidad de vida de los pacientes que han dejado de oír lo suficiente es muy recomendable el uso de audífonos, ya que representan la solución más eficaz para tratar la presbiacusia.
Los audífonos son dispositivos que se colocan en el conducto auditivo. La función de estos es ajustarse a una señal inteligible con el ruido que se emite con su amplificación. De esta manera se pueden tratar hipoacusias de distinta intensidad y frecuencia. Lo mejor es acudir a un audioprotesista profesional que pueda evaluar el grado de presbiacusia y cuál es el tratamiento que mejor se adapta a cada necesidad.