La impedanciometría acústica se realiza para medir la respuesta del oído medio al sonido. Es una prueba que se realiza para evaluar cómo funciona el oído medio ante el estímulo sonoro, así como la movilidad e integridad de la membrana timpánica y la continuidad de la cadena osicular (martillo, estribo y yunque).
Es decir, es una prueba otorrinolaringológica completamente indolora y objetiva que sirve para valorar cómo se comporta la onda sonora a lo largo del oído medio. No se necesita la participación activa del paciente, a diferencia de lo que ocurre con la audiometría. Podemos hablar de impedancia máxima cuando la vibración de la cadena osicular y de la membrana timpánica es mínima.
Se trata de una exploración muy común en pediatría, ya que como hemos explicado antes para realizar la impedanciometría no es necesaria la colaboración del paciente.
Esta prueba está compuesta a su vez por la timpanometría y el estudio del reflejo estapedial. Éste último actúa de protector en el oído frente a los ruidos muy fuertes. La timpanometría por su parte es un estudio del estado de la membrana timpánica.
Consiste en la introducción de una sonda en el oído externo, de manera que queda completamente sellado. Esta sonda está compuesta por tres conductos:
No. Es una prueba completamente indolora. Simplemente se sentirá la sensación de tener algo que está ocupando el conducto auditivo externo, y además se percibirá el sonido emitido por el impedanciómetro. De manera excepcional en pacientes ancianos o más susceptibles pueden sufrir la sensación de vértigo pero desaparecerá de manera instantánea. Para realizar correctamente la prueba es muy importante que el paciente no trague ni se mueva ya que estos movimientos podrían alterar los resultados de la exploración.